Varios días de este mes de abril que ya termina, hemos subido a la Sierra de Arkamo con idea de aplicar el método de prospección que comprobamos en Badaia en las últimas salidas.
En esta ocasión, para la elaboración del mapa de posibles cavidades combinamos 2 filtros diferentes: profundidad de la entidad y pendientes de los bordes.
El resultado ha sido muy bueno. Se visitan 13 puntos de posibles cavidades, de las cuáles 8 son simas, 2 son dolinas de paredes verticales, 2 son simas obstruídas, 1 es una excavación artificial cuyo fin desconocemos y 1 ha sido una entidad errónea formada por el programa informático en una zona de gran densidad de vegetación.
Hemos descendido estas 8 simas, sorprendiéndonos gratamente de la verticalidad de algunas de ellas (pozos de 60 metros alguna) y de la existencia de conductos horizontales abandonados por el agua en otras. Hemos comprobado que 6 de estas espeluncas han sido ya exploradas por el GEA en los años 60, siendo 2 por tanto las cavidades nuevas.
Dado que en el mapa de posibles cavidades seleccionamos las entidades de mayor desnivel, no es de extrañar que sean espeluncas conocidas desde antiguo por pastores, cazadores, etc, que comunicarían al GEA de los 60 su localización.
Sorprendentemente una de estas simas nuevas, de gran tamaño, no aparece en el catálogo del GEA. En ella además no existe indicio alguno de haber sido descendida.
Aún nos quedan 63 puntos de posibles cavidades por revisar. Esto, y la existencia de incógnitas también para revisar en las espeluncas localizadas, nos anima a proseguir los trabajos en esta Sierra a la búsqueda de una nueva gran cavidad.